Desde el día que empecé a recibir los mensajes donde me invitaban a pasarelas internacionales fui muriendo poquito a poquito. El primer día lloraba con cada invitación, el segundo me emocionaba y hasta bailaba y hoy esa emoción sigue intacta.…
Desde el día que empecé a recibir los mensajes donde me invitaban a pasarelas internacionales fui muriendo poquito a poquito. El primer día lloraba con cada invitación, el segundo me emocionaba y hasta bailaba y hoy esa emoción sigue intacta.…